19 de noviembre de 2012

Rueda de Prensa

El afamado escritor Lorenzo Liar ha ofrecido una rueda de prensa en esta fría mañana de Noviembre. Había muchos medios presentes en la sala en la cual, él los había convocado.
Cuando tomó asiento en la mesa llena de botellas de agua, en su rostro se apreciaba el desvelo que le producían los últimos acontecimientos. Había arrugas nunca antes apreciadas, producto tal vez de la falta de sueño, de la angustia y la presión.
-Les he convocado para anunciar algo importante -comenzó, con la voz rota-. Oficialmente, y desde hoy, seré considerado un cobarde.
El murmullo en la sala se detuvo.
-Había tomado una decisión -prosiguió-. Había llevado esa decisión hasta sus últimos términos. Aún con las dudas, aún con esa pequeñísima voz en la nuca, advirtiéndome de la realidad... La decisión en sí, había costado dinero. Pero en estos momentos, ese dinero me da igual, en cierto sentido.
Alguien asiente. Lorenzo se crece. Y sigue hablando.
-No he podido hacerlo. La cobardía subyacente bajo la capa de falso valor ha salido a la superficie, como el moho sobre el que se aplica una nueva capa de pintura... No he podido hacerlo. Se acabó. Desisto y me rindo.

En su interior, lo pensaba. Estaba seguro.
Iban a criticarlo por ello. Pero en verdad, siempre lo criticaban, hiciera lo que hiciese. Si subía, porque subía. Al bajar, porque estaba bajando. Entrar era siempre un error, como lo era también a la salida. Errores, errores. Críticas y más críticas.
Cada uno sabe los motivos de su propia vida. Y sobre ellos, no piensa nadie.

Y como total, van a criticarle de todos modos, pues que les den. Y a seguir viviendo.
Con miedo, pero viviendo.

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