24 de junio de 2011

... y será una historia de amor

He navegado durante días por las profundidades de un baúl lleno de proyectos inacabados, de ideas sin madurar, de frases olvidadas y personajes aún por crear. He convivido con ellos, he escuchado sus voces, sus gritos y susurros. He sentido su caricia, experimentado su deseo, sufrido su dolor y disfrutado con ellos.
A veces, lo más difícil no es comenzar una nueva novela. A veces, lo verdaderamente complejo es decidir cuál será el proyecto que ocupará tu tiempo las siguientes semanas. Qué personaje deseas conocer, o qué historia necesitas vivir y contar, contar y vivir.
Sobre todo, cuando te has pasado tres años al lado de un mismo personaje. Una y otra vez, sintiendo su cercanía y experimentando su caída en el dolor. Y no obstante, toda historia tiene un comienzo y un final. Y todo proyecto, aún el más largo, encuentra su realización efectuando el esfuerzo necesario. Y como escritor, el final de una novela no es más que el principio de la siguiente.

Y la siguiente, está a punto de comenzar.
¿Cuál es su temática? ¿Por qué he elegido esta historia y no otra? ¿Quién es el protagonista?

La próxima gran aventura, es una historia de amor.
Es una historia de superación, de aceptación y de necesaria creación, al menos para mí.
Una novela sobre la protección de la oscuridad y el miedo a la luz. Una novela de puertas cerradas y amores secretos, de sentimientos encontrados y dolorosos silencios. Pero una historia de la vida misma, en la misma vida. Algo tan real como reales son los días y las noches de aquellos que han sentido y sienten, y que viven historias similares a la historia por contar.
Una historia de ficción, que nunca ha tenido más de la propia vida de quien escribe.
Y hasta aquí puedo leer.
O escribir.

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