28 de marzo de 2011

Presas del Horror I

Desde que tengo uso de razón, las historias de terror primero y las películas después, me han causado fascinación. No tanto aquellas que tratan de asesinos paranormales (como fantasmas o monstruos varios) como las más cercanas y "reales": asesinos disfrazados, armados con afilados cuchillos que dejan un río de sangre y cadáveres a su paso... e incluso aquellas historias en las que el mal yace en el interior del protagonista.
La primera historia de terror que llegó a mis manos, lo recuerdo con nitidez, fue "El Cuervo", de Edgar Allan Poe. Tendría yo diez años, tal vez. Jamás otra historia escrita llegó a impresionarme tanto. La primera película de terror que he visto en mi vida fue "Scream" (Wes Craven). Y aunque para muchos esta película es más cómica que otra cosa, en su momento me causó auténtico pavor.
No me impresiona un fantasma que aterroriza a un pueblo entero. Quizás los fantasmas existan, no seré yo quien lo niegue, pero... en fin. No obstante, la existencia de un asesino en serie es más que posible, y lo que nos demuestran aquellos que se ocultan tras una máscara no es que sean ellos los asesinos, sino que cualquiera podría haberlo sido... 
Desconozco qué es lo que me llama la atención en películas de esta temática o en libros donde más que tinta, olemos la sangre de aquellos que no llegan a la última página. Y no obstante, de un modo completamente inconsciente, todos mis trabajos terminan dirigiéndose hacia esa oscura y siniestra laguna en la que uno encuentra los más primarios de sus miedos.
Esta tarde he terminado de leer "Carrie", de Stephen King. Para cualquiera que me conozca sabrá que este escritor no se encuentra en la lista de mis favoritos. Es más, hasta esta misma tarde lo detestaba, quizás porque a mis manos tan solo habían llegado libros más... flojos. Que nadie se moleste, para gustos, colores.
No obstante, hoy ha cambiado ligeramente mi opinión sobre él, pues en Carrie ejerce una fuerza increíble que me ha llevado a la extenuación. El dolor de un ser como la protagonista, sumado a la destrucción total de la más fría y excelente de las venganzas, me ha llevado no solo a modificar mis ideas sobre su autor sino a desear leer más. Ya no más libros suyos, sino más. Simplemente más terror.
En "Carrie", encontramos poderes difíciles de catalogar, digamos increíbles, que centran la acción de la historia. No obstante, algunas escenas son realmente cruentas y duras y difícilmente puede uno leerlas sin que algo se mueva en su interior.
Carrie me ha gustado. Y ha logrado algo: sacarme de una suerte de letargo creativo.
Así que... ¡¡Gracias, Magalí!!

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