3 de mayo de 2010

Silencio.

La habitación, desnuda, poseía unas características únicas. Ningún sonido entraba desde el mundo exterior, ruidoso y terrible.

Sentía la soledad, triste y deprimente soledad.

Mis gritos sordos, mis llantos secos, mis ojos ciegos, mis piernas trémulas.

La vida me abandonaba. La muerte no llegaba. El sol se ponía en el amanecer.

El mundo, al revés, ya no es mundo.

Fantasmas con las entrañas por fuera y la piel por dentro. Brujas en llamas cuyos cuerpos jamás se calcinarían. Sangre en los ríos, agua en las venas. La bacanal en honor a Lucifer se celebraba en los jardines de flores secas y aires sulfurosos.

Y yo, en silencio. Gritando en silencio. Hablando en silencio. Mueriendo en silencio una vida en silencio. Silencio.

Silencio.....

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