26 de abril de 2010

Alice…


A veces, soy capaz de creer seis cosas imposibles antes de desayunar”.
Con la magia del siempre genial Tim Burton, “Alicia en el País de las Maravillas” es un entretenimiento que merece la pena ver en la pantalla grande. Adaptación del libro “Alicia a través del espejo”, nos muestra a una Alicia más crecidita (19 años, creo recordar) que regresa al País de las Maravillas.
En su periplo por ese mundo, encuentra personajes de lo más variopinto entre los que destacan los dos “gorditos”, excepcionales… hasta que se toma el té con el Sombrerero Loco (genial, como siempre, Johnny Depp) y otros personajes reconocibles como la Liebre de Marzo. La Reina Blanca (una Anne Hathaway medio loca) y la Reina Roja (cabezona y malvada Helena Bonham Carter) complementan un casting impresionante, en el que los actores se rinden a la fantasía de una historia inmoral.
Entre mil críticas negativas, asistí a ver la película entre la emoción de reencontrarme con Burton y el miedo a que todas esas opiniones catastróficas se viesen cumplidas. Debo decir que no me ha decepcionado en absoluto. Como película (y más allá de adaptar un libro que no he leído y, por tanto, desconozco si ha acertado o no) es redonda, estupenda. Me he reído, he sentido inquietud, pena, alegría… e incluso algún arranque de aplauso que reprimí.
Ver la película en 3D es una opción. La he visto en 3D y lo cierto es que no vale demasiado la pena. En contadas escenas resulta impresionantemente bueno (la caída por el agujero, con relojes y otros objetos cayendo hacia la cámara) pero en la mayor parte del metraje apenas se perciben cambios, quizás un poco de profundidad añadida pero nada espectacular. También es cierto que no soy yo un gran partidario de esta tecnología “llamada a revolucionar el mundo del cine”.
Pero vamos, un peliculón.
Una última cosilla… ¿En que se parecen un cuervo y un escritorio?

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