6 de abril de 2010

Más cerca. Más lejos.

Ha sido una larga Semana Santa, en la que han sucedido tantas cosas...
Todas ellas, las buenas y las malas, hacen que uno vea con mayor claridad un destino que, aún estando lejano, resulta cada vez más apetecible.
Durante estos días de “descanso y reflexión” me he sentido inútil, solo, abandonado, triste, melancólico, prescindible, y, sobre todo, invisible. Durante esta semana los lazos que me unían a un lugar y un tiempo, hasta ahora irrompibles, se han quebrado. Y si nada te retiene, nada te impide avanzar.
No todo se ha perdido. Algunas cosas —debería decir, tal vez, personas— siguen uniéndome al lugar en el que me encuentro. Sentimientos. Uno de ellos, el principal, es un amor en forma de niña. El otro, un amor diferente, más pasional, más físico. Hay amistades, contadas pero inmejorables amistades que me retienen, que me ayudan, que me susurran palabras de aliento. Aún en tiempos de sequía emocional, todos ellos están ahí. Algunos en espíritu, otros en cuerpo. Otros, en el mundo de los sueños.
Y sin embargo, siento que existe otra realidad. Y cada día pienso que mi destino me aguarda en otro lugar, en otro país.
Lejos.
No sé dónde. Ni sé si llegaré a descubrir ese destino… pero las ganas de hacerlo, las ganas de guardar mi vida en una maleta y largarme en su búsqueda, crecen con la caída del sol. Porque en mitad de la noche, cuando guardo mi máscara y me despojo de la armadura de hielo que cubre mi corazón, es cuando la vulnerabilidad de quien se sabe olvidado amenaza con ahogarme.
Estos días me he sentido mal. Muchos se han molestado en mostrarme que no valgo una mierda. Que no importo.
El problema es que sigo siendo el chiquillo asustado que se escondía en la biblioteca. El problema es que sigo siendo el estúpido a quien le afectan las opiniones de los demás. El problema es que aún no he madurado.
Quizás el deseo de irme no sea sino una forma de huir. Pero huyendo, de eso estoy completamente seguro, encontraré la libertad.
Y por eso estoy cada día más cerca… pero cada día, irremediablemente, estoy también más lejos…

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