25 de enero de 2010

El cine como estilo de vida

Ya puedes leer un nuevo proyecto que va madurando muy lentamente. Ya lo anuncié en mi anterior entrada pero quiero decir algunas cosas más, para aclarar qué es en realidad ese nuevo blog al que puedes acceder, en cualquier momento, desde el enlace situado en la cabeza de la columna de la izquierda. “El Cine Como Estilo de Vida” es una suerte de ficción biográfica, si algo así puede existir. Una especie de cajón de sastre donde comentar mis intentos por abrirme camino en ese mundo que siempre me ha gustado pero que, también, me asustaba abarcar: el mundo del cine.
Mentiría si digo que siempre he querido ser guionista. No es cierto. Cuando empecé en esto de la escritura, a los diez u once años, ni siquiera sabía que el cine se escribiese. No me pregunten qué pensaba porque no lo recuerdo. En aquel tiempo yo quería escribir cuentos. Sencillamente. Nada más.
Descubrir el mundo del cine, toda la industria que se ocultaba tras los inmaculados rostros de las grandes estrellas, me conquistaría años más tarde. Aunque suene extraño, un auténtico enamorado del séptimo arte como yo, descubrió el cine a los dieciséis años (aproximadamente). Antes, había visto muchas películas en televisión, pero nunca había acudido a una sala de cine.
Aquel primer contacto, sin embargo, me llenó de un sentimiento indescriptible, y un nuevo mundo se abrió ante mis soñadores ojos adolescentes. Tras aquella primera experiencia comencé a comprar con asiduidad una revista (Fotogramas), llegando incluso a no comer algún día para poder pagar lo que costaba (un adolescente sin dinero… no es difícil imaginarlo. Mis padres me daban el dinero para comer en la ciudad, pues tenía clases todo el día).
Así, con la revista Fotogramas como lectura nocturna, comencé a habituarme a términos que hasta entonces desconocía. Los rostros que veía en la pantalla grande tenían nombre, apellidos, una carrera a sus espaldas, pensamientos propios, decisiones… y aquel primer amor se convirtió en una suerte de obsesión.
Aquel año (¿quizás el año en que Julia Roberts obtuvo la estatuilla? No lo recuerdo) asistí en directo a mi primera gala de los Oscar. No pude verla “al detalle” porque no teníamos el decodificador de Canal Plus (que ya entonces emitía la gala en exclusiva, como sigue haciendo hoy). Pero incluso codificada, la disfruté. Sí, básicamente se veían líneas horizontales y no se escuchaba lo que decían… pero aún así supe mucho de lo que ocurría. La Alfombra Roja (una de mis partes favoritas de los premios) se emitía en abierto y me quedé con los trajes de mis actrices y actores predilectos. Con los hombres era más difícil, todos se visten de forma similar… pero bueno.
Desde entonces han cambiado muchas cosas. Tampoco hoy tengo descodificador de Canal Plus, pero mi hermana sí. Ahora puedo verla en directo y enterarme de lo que pasa. El año pasado me emocioné al ver a mi musa, Kate Winslet, con el Oscar en la mano…
En aquellos tiempos nació en mí la curiosidad por los guiones. Incluso me informé de diversos cursos para aprender lo básico. Cursos demasiado caros, o que se celebraban lejos. Nunca asistí a ninguno pero sí me fui formando por mi cuenta. Poco a poco, a través de Internet, encontraba apuntes. En la revista ya mencionada, alguna vez un guionista hablaba algo de su trabajo. Y así, la idea de ser uno de ellos (un escritor de cine) tomaba forma en mi cabeza.
El miedo me podía, abandoné esa ambición en favor de la literatura en la que hoy comienzo a hacerme un hueco, pero el deseo y la admiración por el séptimo arte nunca dejaron de crecer.
Por eso hoy, mientras escribo una nueva novela, he comenzado mi preparación libre en el mundo del guión audiovisual. Porque es un sueño más, pero quizás el más fuerte. Que nadie me malinterprete, me encanta escribir novela… pero el cine… el cine es mi vida.
La “novela” que podéis leer es una visión de lo que estoy haciendo para cumplir ese sueño. No será una novela de intriga, apasionante o divertida. Es posible que en meses no escriba una nueva escena (está escrita a modo de guión) porque no se produzcan avances… pero es un proyecto que me gusta. Haber hasta dónde puedo llegar con él.
Entre tanto, continúo con mis novelas (entre el drama de Clarissa y la fantasía desbordada de Minerva) y estudio, estudio mucho, el mejor modo de abrirme camino en el mundo del cine. ¡Deseadme suerte!

NOTA (23/03/2010): el blog ha sido cancelado.

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