4 de enero de 2010

Deslizaaaaaaaaaaante

Empezar el año nuevo viviendo nuevas experiencias siempre es algo positivo. Y en este 2010 mi primera aventura (sí, que nadie se ría) ha sido enfrentarme a unos patines y una pista de hielo. En compañía de algunos familiares, el primer día de enero de 2010 fuimos a la pista de patinaje de Santiago de Compostela.
¡Parece más fácil de lo que en realidad es! Aunque puedo decir con orgullo que no me he caído ninguna vez… también es cierto que avancé con precaución, al principio cerca de las barandillas (para agarrarme en caso de peligro) y alejándome lentamente.
Ha sido muy divertido, en realidad, aunque no me convencía el plan. Quizás el mayor inconveniente sea el frío que hace (normal, es una pista de hielo) y que al final mis pies estaban congelados. ¡Y las agujetas que tengo hoy! Pero ha sido una experiencia agradable.
Ahora, a día dos de enero (y aunque sea sábado) toca volver a la rutina. La nochevieja (divertida, aunque me haya costado la voz y un buen dolor de garganta) deja paso al año nuevo… y a los nuevos proyectos en materia de escritura (puedes leer más en la sección destinada a ello).

No hay comentarios: