4 de enero de 2010

Uno se va, otro ya llega (31.12.2009)


Ya falta poco para despedir este año 2009. En pocas horas estaremos comiendo las doce uvas, brindando por un año que se va, y la entrada de otro, cargado de ilusiones y sueños nuevos. Es la magia de la nochevieja, soñar que todo puede cambiar en los siguientes doce meses. Ahora llega el momento de hacer balance. ¿Hemos logrado todos nuestros propósitos en el año que termina? ¿Ha sido un buen año?
El mío lo ha sido, en muchos aspectos. Si bien es cierto que las cosas podrían ir mejor… he tenido grandes momentos a lo largo de este 2009 que, había dicho, sería mi año. Está bien, no lo ha sido por completo pero he avanzado muchos pasos…
Quizás el momento más memorable para mí haya sido la publicación de “El Pequeño Querubín”, y todas las ventajas que dicha publicación me han traído. Es un granito de arena, pequeño si así quiere verse, pero que ayuda a cimentar la montaña de un sueño (o como se dice popularmente, escalón a escalón se alcanza la cima). El Querubín me ha situado como escritor, me ha traído opiniones (por ahora, todas buenas) y propuestas muy interesantes. Eso es destacable para un escritor. La propuesta para escribir un libro de relato corto, completamente mío, es tal vez el mayor de mis logros en este año que pronto terminará. “El Amigo de la Muerte” está terminado y hoy mismo lo enviaré a la editorial, con todos mis mejores deseos para verlo publicado. ¡Y que nadie piense que me tiraré a la bartola! Ya hay muchos proyectos en mi cajón… y a ellos me pondré a partir del dos de enero.
En otro orden de cosas… el 2009 también ha traído decisiones importantes en lo personal. Es evidente (al menos para aquellos que hayan seguido el blog) que me encuentro prendado del amor de mi vida. Es un amor clandestino, secreto y complicado, que puede traerme la mayor de las felicidades o los más terribles dolores y sufrimientos. Pero es el amor. Amor en estado puro, deseo irrefrenable, ansia, anhelo. La decisión tomada al respecto decantará la balanza en uno u otro sentido, pues estoy harto de esperar, de olvidar y de no luchar. Antes de que el año próximo eche el cierre, sabré su respuesta. Vamos, eso quiero. Eso espero.
Este amor, inesperado y complejo en grado sumo, me ha traído de cabeza en muchos momentos, pero también me ha llevado a lugares desconocidos, a sentimientos olvidados hace tiempo… y, debo reconocerlo, ha iluminado momentos duros. Su sonrisa, sus ojos e incluso su presencia, han llenado de esperanza momentos de dolor y tristeza. Aún cuando jamás proclame su nombre a los cuatro vientos, aún cuando nunca descubra que es el amor de mi vida, le estaré eternamente agradecido, simplemente por existir… ¡Oh, el amor!
El amor es la vida, tan difícil y compleja si uno no cuenta con buenas amistades. Quiero decir verdaderas amistades, esas a las que confiarías tu vida, el más íntimo de tus secretos, sabiendo que lo guardará con especial celo. No existen muchas amistades así. Escasean, en realidad. Yo he tenido la suerte de encontrar… no diré algunos amigos, sino algunas almas gemelas. Ellos saben quienes son. Hay otros amigos y amigas, multitud de compañeros de faena, vecinos de pupitre, compañeros de autobús. Pero amigos, lo que se dice amigos… pocos. Algunas amistades se han perdido, otras germinan y en algunos casos me sorprenden, invitándome a la sinceridad y al secreto compartido. Ella (pues se trata de una chica, una muy buena amiga) descubrirá pronto todos los secretos que muchos desconocen y muy pocos se atreven a suponer. Un trato es un trato, y le prometí contarle muchas cosas en año nuevo (especialmente ese nombre que guardo en mi corazón). “Cantaré claro” cuando el año nuevo nos alcance. Tal vez en Nochevieja, tal vez el día de reyes… y quien sabe, es posible incluso que tú puedas abrirme los ojos. Eso espero, amiga.
El 2010 está a punto de llegar. En Nochevieja, entre uvas y copas de champaña, todos soñaremos con la felicidad. Mis deseos los he pensado ya: trabajo, dinero, salud… y la respuesta que tanto anhelo. Para este nuevo año, mis propósitos ya están claros… pero es esa otra historia que os contaré a su debido tiempo, en otro momento.

¡¡¡Feliz Año Nuevo!!!

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