5 de agosto de 2009

Enya

En su voz aterciopelada, pura y etérea, encontró mi corazón la paz en muchos momentos a lo largo de mis veinticuatro años recién estrenados. No importa cuales sean los sentimientos que necesiten ser liberados en mi alma: su música siempre encuentra el camino para relajarme, para liberarme.
Me tranquiliza cuando estoy nervioso, me ayuda a llorar cuando la tristeza retiene mis lágrimas, me inspira cuando las ideas parecen haberse agotado en mi mente. Muchos personajes deben su vida a los discos de Enya.
La conocí hace muchos años, peor entonces no sabía su nombre, ni tenía ningún disco suyo. La escuchaba en la radio, o en la televisión, sin saber quién era, sin pararme a pensar en lo especial de los momentos en que coincidían nuestros caminos. Luego, la película “La Comunidad del Anillo” me la presentó, otorgándole un nombre a esa voz de mis pasiones. Enya, un nombre de la fantasía que emana su propia voz.
Desde entonces intento recopilar sus numerosos trabajos. Solo tengo uno, “Amarantine”, aunque me han pasado el último disco en mp3… espero, no obstante, comprármelos todos. Porque en ella fluyen sentimientos desconocidos, palabras tiernas y una magia insondable e intangible.
Enya…
Su nombre me trasporta a lugares inexplorados, únicos y personales. Cuando cierro los ojos con su música de fondo, imagino largas praderas rodeadas por frondosos y altos árboles, alfombradas por flores blancas y de aromas dulces. Una suave brisa acaricia mi piel mientras escucho el susurro de un río y la violenta caída de una cascada… todo es perfecto, nada enturbia la paz de un momento único en un lugar que nadie más conoce. Y en ese paraje solitario también estás tú, pero no tienes forma porque eres una parte más de lo que yo soy, en ese lugar, como en este.
Enya… si pudiera tenerte ante mis ojos te daría las gracias. Y a ti, lector, si no conoces su música, corre a comprar algún disco suyo. No lamentarás la compra. Porque al escucharla por primera vez… quedarás bajo su hechizo, irrompible y benévolo. Maravilloso… el embrujo de la voz pura de Enya.

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