27 de junio de 2009

Si muero de amor

Estoy un poco cansado de todo lo que llevo dentro. Tengo tantas ganas de soltarlo todo, de liberar mis secretos, de saltar al vacío sin saber si habrá o no una red de seguridad que salve mi vida…
Muy bien. Eso último ha sonado de lo más melodramático. Pero en esencia, es una gran metáfora de lo que me hierve por dentro. Y es ese secreto amor que nadie más conoce. Es la ausencia de riesgo, la mentira de la tranquilidad, el dolor de la soledad, la tristeza de la decepción… y la perspectiva de un verano más, igual que el anterior y que el del año próximo. Un verano en el que nada va a cambiar, en el que cada uno se irá por su lado y los tres meses de playa y sol se convertirán en una prisión de hierro incandescente.
Y lo peor de todo, lo más grave de todo esto… es que tú estarás cerca, como siempre. Que te veré casi cada día (con suerte) y cada día desearé no verte, pero cuando no te vea creeré que ha llegado la muerte. ¿Qué es esto? ¿Es esto verdaderamente el amor?
¡Dios mío, desearía gritar su nombre, desearía desvelar el secreto, romper el silencio! Y no puedo. Porque soy un cobarde, porque tengo tanto miedo.
Tienes razón, amiga mía, cuando dices que el amor es un asco. Lo es.
Pero por mucho que lo niegue, mal que me pese… sí, estoy enamorado.
En secreto.

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