17 de abril de 2009

¿SE VAN?

(escrito el martes de madrugada...)

Desubicado, alejado de mi propia esencia, en la soledad del silencio, allí donde nadie puede escucharme. Así me siento yo. Desdichado, frío como el mármol. Mi aliento es niebla para aquellos que me han querido alguna vez. Un recuerdo que se difumina con el correr del tiempo.
Ya no comparto con nadie un destino, una meta. Ahora estoy en otro lugar, ajeno al camino que los demás siguen. Viajo solo, por un sendero pedregoso y agreste, sombrío. Nadie me sigue y a nadie sigo yo. Ellos tienen algo que yo creo estar perdiendo. Un sentimiento se marchita al tiempo que crece en mi interior la ansiedad por una pérdida que quizás imagino yo, o quizás se esté acercando peligrosamente. Quiero gritar ¡basta!, pero aunque lo haga quizás nadie escuche mi lamento.
¿Se van mis esperanzas? ¿Me abandona el bienestar? ¿Mienten las palabras que susurra el viento? No lo se, y no me atrevo a preguntar. Porque temo la respuesta. Porque quizás ya la se. Y no quiero aceptarla.
¿Se van?

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