16 de abril de 2012

Una elección

"Tú eliges lo que quieres ser".

¿Qué haces cuando te das cuenta, demasiado tarde, de que (una vez más) te has equivocado de camino? ¿Cómo podrías asumir las consecuencias del enésim error, cómo afrontarías la derrota?
Lo más reponsable es permanecer en pie, intentando minimizar los daños, centrarse en la parte positiva y fingir que no importa. Total, son dos meses...
¿Y si no quieres ser responsable? A veces es imposible serlo, se hace cuesta arriba...

Alguien (mi querida Dibujante de Sonrisas) me dijo ayer que uno elige lo que quiere ser...

Después de casi dos años feliz con mi elección, sintiendo que al fin había acertado, que había encontrado mi camino, un camino que me gustaría recorrer el resto de mis días, la felicidad profesional de un plan B necesario si esto de la escritura resultase un fiasco... resulta que me doy cuenta del equívoco.
Porque ahora que me sitúo en una empresa y veo lo que es, y hago lo que hay que hacer, el mundo se me hunde bajo los pies, y el peso de la realidad me aprisiona el cuerpo y me agobia y me estresa de un modo que no tiene nombre, y me pregunto quién en su sano juicio elegiría esta vida...

El problema, sin embargo, no es elegir lo que quiero ser, sino tener la fuerza suficiente para serlo, más allá de cualquier otra cosa.

Tal vez el problema está en esta cabeza mía, que tanto se divierte mortificandome con sueños que son imposibles, con posibilidades que se escapan a mi control, con realidades más apetecibles. Tal vez, y solo tal vez...
Alguien me anima a seguir luchando, "ya te gustará", me dicen. Otras personas me animan a huir a tiempo, a saltarme las reglas del juego y salirme del camino hacia un territorio inexplorado en el que ya he estado.
Ojalá pudiera...
Pero ya soy viejo, el tiempo no se detiene y, tarde o temprano, habré de sujetarme a un clavo ardiendo. ¿Qué más da cual sea ese clavo, si la cosa será siempre igual?

Ojalá supiera lo que me pasa. De saberlo, podría ponerle remedio.

Y entretanto, respiro hondo e intento aplacar este sentimiento... sin nombre.

No hay comentarios: