23 de noviembre de 2011

Tinta aún más negra

Siluetas en la oscuridad, brasas de un cigarrillo brillando en mitad de la noche, botellas de bourbon alumbradas por la tenue luz de alguna lámpara, miradas turbias, sombras amenazantes por doquier, rápidos y certeros disparos, elaboradas mentiras, codicia, asesinato, ambición, poder... hombres atormentados, mujeres fatales, pasados dolorosos, errores sin resolver... 
QuéLeer Extra: Novela Policíaca, página 38

Cuando un libro cierra sus tapas, cuando se concluye una historia, cuando el silencio amenaza con hundirte en la blancura virgen de un papel aún por escribir, llega la hora de plantearse el futuro, analizar el destino y decidir qué hacer... cuál será el paso siguiente, y hacia dónde queremos que ese paso nos lleve. 
Podemos continuar en la misma dirección, es absurdo cambiar el paso cuando la suerte nos sonríe y todo parece llevarnos directamente a la conquista del triunfo y el éxito... o podemos cambiarlo todo, reiniciar nuestro sistema, comenzar en otro punto, volar al otro extremo de nuestro mundo en un viaje sin retorno posible, al menos en teoría. 
Ahora que me encuentro en esa tesitura, zozobrante la vida entre dos aguas enfrentadas que podría hundir mi navío, es cuando me planteo este tipo de cosas. Seguir igual, o cambiarlo todo. 
Abro el cajón de las historias olvidadas, de los personajes perdidos, de las frases jamás usadas, de los papeles arrugados y manchados de té, donde se amontonan proyectos olvidados, deseados, queridos aunque desplazados a las profundidades de lo que no ha podido ser... y navegando entre ellos, entre papeles que huelen a humedad, cuya tinta ha perdido su color y su aroma... encuentro mi destino.
Aquel destino que decidiera olvidar tanto tiempo atrás, vencido por lo que de mi se espera.
Esperándome, ahora.
¿Por qué seguir mintiéndome y mintiéndoos a todos? No ha razón. El mundo a girado unas cuantas veces desde que guardara estos papeles en esta carpeta marrón, ahora casi indefinible... Un personaje que no tiene ni rostro, ni apellido, pero si un destino claro. Un personaje que nació, si mal no recuerdo, hace unos diez años... y que es mi alma gemela, el hombre del que quisiera enamorarme algún día, si es que alguien como él pudiese existir sobre la faz de este mundo de locos. 
Su historia quizás haya cambiado, ahora no es lo que antes era, ni se parece, aunque sigue siendo él... único e irrepetible. 
Con él, comienzo una nueva etapa. Un nuevo destino. Un camino bajo mis pies, a saber su final... pero allí me dirijo, donde quiera que me lleve. 

Con él, la tinta se vuelve más negra. Las historias adquieren profundidad. Comienza la investigación, el análisis y sobre todo, la planificación. Es un reto importante, pero por él (y quizás solo por él) estoy dispuesto a afrontarlo y a fracasar en el intento si es preciso... 
Comienza... el juego.

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