2 de septiembre de 2011

Septiembre

"Wake me up when september ends"


Parece que al llegar Septiembre se respiran finales. El final del verano, el final del descanso y las vacaciones... hasta se siente ya en el ambiente el final del año en que vivimos. La vuelta al cole está cercana y en mi mesa se mezclan apuntes de novelas con libretas, agendas y bolígrafos nuevos. Antes del próximo suspiro estaremos de nuevo inmersos en el frenetismo de los exámenes. 
Septiembre anuncia el final de la buena vida, o la vida del escritor. Ya no habrá largas tardes de escritura seguidas de intensas noches tecleando palabras. Ya no habrá mañanas repletas de ideas y personajes, o de sueños que, susurrados por las musas, llenarán la vigilia de quien no duerme. En la vuelta al cole, mi prioridad cambia (sobre todo porque es el último año) y los esfuerzos en verano centrados en la creación y la imaginación, recaerán en proyectos y estudios. 
¿Significa esto un adiós a la palabra y la fantasía? ¿La despedida última del escritor al papel y el bolígrafo? No. Pero sí un cambio en la forma, la estructura y el modo. Menos horas, pero tal vez más intensas. Habrá días en los que no escribiré una sola palabra y otros, en los que me resulte imposible no escribir. 
Septiembre es un mes que huele a finales. Pero a veces, entre el frío de un otoño incipiente, cuando las hojas se tiñen de marrones y amarillos y los árboles comienzan a desnudarse... podría ser el principio de algo. Al fin y al cabo, todo lo que empieza debe terminar. Y si bien hablamos de finales... también hubo de haber un inicio. 
¿Comenzamos?

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