26 de septiembre de 2011

A. B. R(2).

En la vida de todo escritor que se precie, existen miles (tal vez millones) de páginas escritas. Algunas, perdidas, convertidas en bolas de papel desbordando la papelera infame del agravio y la basura escrita. Otras, dignas de ser publicadas, o al menos apreciadas. Y muchas, la gran mayoría, escritas por otras personas... escritores a los que uno admira, a los que desearía parecerse y a los que, en definitiva, les debe la pasión por la letra y la página en blanco. 
No podría especificar ahora mismo (tal vez por extenso, quizás por falta de memoria) la totalidad de los libros y autores que me han inspirado, o de los que he aprendido algo, o de los que nació la necesidad y el deseo de escribir. Recuerdo un libro que encontré en la biblioteca de mi colegio sobre un niño que se queda ciego tras ser atropellado en la calle, y sus esfuerzos por habituarse a un mundo a oscuras. Recuerdo los libros de Michael Ende que me regalaba mi hermana...

Inspiradores libros sobre trabajos inspirados...
o el desorden de la mesa del escritor (?)

Pero si hubo un escritor que marcó la diferencia en su momento, ese ha sido sin duda Paul Auster. No puedo precisar cuál fue el primero de sus libros en llegar a mis manos. Quizás la Trilogía de Nueva York. Tan solo se que tras ese fueron llegando los demás, impactándome de algún extraño modo, conquistándome por dentro y haciéndome partícipe de su mundo de una forma indescriptible. Puedo presumir de haber leído cuando estaba a mano en mi vida de este autor, y aún así me sorprendo encontrando, de vez en cuando, un nuevo libro desconocido. Ahora mismo, leo "El Libro de las Ilusiones", que no sabía ni que existía, y que me está conquistando lentamente. 
La relación literaria con Clive Barker es más nueva, mucho más reciente, y tiene apenas unas semanas. A él lo encontré en Twitter. Solo sabía que escribía novela de terror, pero eso bastaba para atraerme de algún modo. Casualidad o destino, días después llegué de la biblioteca con un libro suyo, sin saber siquiera que era suyo. "Demonio de Libro" me atrapó nada más leer las primeras páginas. Ahora espero impaciente mi próxima visita a la biblioteca para buscar alguno de sus otros títulos. A ver si hay suerte... 

Y en la letra "R", encontramos a otros dos. Sutil pareja. Curiosa. Los dos nacidos en las tierras verdes de Escocia, entre la piedra de Edimburgo que inspirara desde la distancia la "Historia del Hombre Muerto". 
Ian Rankin escribe novela negra ambientada en las mismas calles por las que se pasea mi querido Vincent. La diferencia es que él vive en esa ciudad y yo tan solo puedo verla a través de la pantalla de mi ordenador, al menos por ahora. Sus novelas me han llevado a conocer un poco mejor una ciudad que de todos modos, es la versión moderna de la ciudad que me inspira. Y aún así, he quedado atrapado por su red de policías corruptos, crímenes por resolver... y magia literaria. Ian Rankin es, posiblemente, mi escritor favorito. 
Magia. Curiosa palabra, quizás la responsable última de mi pasión por la letra escrita. Magia, varitas y colegios donde magos y brujas aprenden. ¿Os Suena de algo? La segunda "R", la femenina, no es otra que J. K. Rowling. La autora de la saga literaria más importante de todos los tiempos. Harry Potter es su hijo, nuestro mejor amigo y compañero desde la adolescencia a la madurez. ¿Hace falta seguir hablando sobre ella? No es evidente que me encanta, tal vez, o que la adoro, y que espero ansioso su próximo libro. 

Hay muchos otros. Libros sueltos, autores, cuentos o simplemente palabras que me han inspirado y me han llevado a sentarme ante la hoja de papel, bolígrafo en mano, a derramar historias imposibles. Esa es la magia de la escritura. Lo que unos han escrito es la chispa de lo que la siguiente generación escribirá. Al fin y al cabo, la vida imita al arte, y el arte es... la vida de aquellos que vivimos por y para ella. 

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