3 de diciembre de 2010

Misión: Felicidad.


Objetivo: alcanzar un estado superior (que carallo, ser feliz).
Romper con el pasado y sus ataduras. Vencer tus miedos. Romper las cadenas que aprietan tu cuerpo, que te ahogan y te destruyen quemándote la piel. Asumir quién eres, con todas sus consecuencias, con lo bueno y también lo malo. Aceptar tu propia realidad, dejando a un lado la realidad de aquellos a los que has envidiado. Vivir, simplemente vivir tu vida, cerrando los ojos que te observan y mirando al frente, la cabeza bien alta, el paso seguro, una ancha sonrisa iluminando tu rostro nuevo. Cerrar las heridas, sin anestesia, sin medias tintas ni medias palabras. Y al cerrarlas, amputar aquello que te hizo daño, aquello que provocó la herida. Dejar las lamentaciones y la flagelación, olvidarte de la autocompasión, secar las lágrimas del rostro.
Liberarme...
Hoy has renacido, eres alguien nuevo. Tus ojos ven el mundo con otra perspectiva, tu cuerpo adopta una postura más cómoda, menos forzada. En tu sonrisa se advierte la nueva seguridad y confianza que has adquirido. El mundo va a verte con otros ojos y muchos de los que antes te rodeaban se girarán y, dándote la espalda, se alejarán de ti. Sabías que ocurriría y aunque sentirás dolor, sabrás controlarlo y canalizarlo en orgullo.
Éste soy yo, nadie más que yo. Lo que soy es esto.
Empiezo a vivir...