2 de junio de 2009

HOY: PARA LOS NIÑOS

La vida de un escritor, sobre todo su trabajo, es siempre inestable y muy divertida, si a ese escritor le gusta especialmente lo que hace en la vida.
Así es mi vida, al menos, mientras estoy involucrado en la redacción de una nueva novela, o un cuento. Hoy, mi vida es así.
Me he parado a pensar en la multitud de opciones que manejo cada vez que me siento ante una hoja de papel en blanco. No deja de ser curioso que de un día para otro, mis perspectivas cambien hasta el punto de variar por completo no solo contenidos, sino la franja de edad a la que se destinan mis obras.
Mi última novela (que por ahora solo han leído… ¿tres personas?) es oscura, tétrica y deprimente, con personajes torturados y una historia muy extraña. En cambio, a lo largo de los últimos siete días me he dedicado a un nuevo trabajo que hoy doy por terminado. Y si el libro anterior estaba claramente destinado al mundo adulto… ahora voy y escribo una suerte de cuento, o novela corta, para niños.
Debo reconocer que me apasiona escribir para niños y me ha sorprendido lo relativamente fácil que ha sido. Con decir que la escribí en gallego y ahí radicaba toda su complejidad… lo digo todo. El caso es que la historia surgió de la nada, con la primera frase del libro. Y me sorprendí escribiendo más de ocho horas diarias, hasta tenerla terminada y corregida. En cuanto pase un filtro de gallego para comprobar que está normativamente escrita, la enviaré a las editoriales.
Y por supuesto, cuando la vorágine de exámenes termine, y siempre que ellos quieran, mis tres primeros lectores recibirán su copia antes que nadie.

No hay comentarios: